Cabaret Barbarie
Los pájaros anidan en mis brazos,
en mis hombros, detrás de mis rodillas,
entre los senos tengo codornices,
los pájaros se creen que soy un árbol.
entre los senos tengo codornices,
los pájaros se creen que soy un árbol.
Una fuente se creen que soy los cisnes,
bajan y beben todos cuando hablo.
bajan y beben todos cuando hablo.
Las ovejas me pisan cuando pasan
y comen en mis dedos los gorriones,
se creen que soy tierra las hormigas
y los hombres se creen que no soy nada.
y comen en mis dedos los gorriones,
se creen que soy tierra las hormigas
y los hombres se creen que no soy nada.
Gloria Fuertes
Las ciudades invisibles
“ En Ersilia, para establecer las relaciones que rigen la vida
de la ciudad, los habitantes tienden hilos entre los ángulos de las
casas, blancos o negros o grises o blanquinegros, según indiquen
las relaciones de parentesco, intercambio, autoridad,
representación. Cuando los hilos son tantos que ya no se puede
pasar entre medio, los habitantes se marchan: las casas se
desmontan, quedan sólo los hilos y los soportes de los hilos.
Desde la cuesta de un monte, acampados con sus trastos, los
prófugos de Ersilia miran la maraña de los hilos tendidos y los
palos que se levantan en la llanura. Y aquello es todavía la ciudad
de Ersilia, ellos no son nada.
Vuelven a edificar Ersilia en otra parte. Tejen con los hilos
una figura similar que quisieran más complicada y al mismo
tiempo más regular que la otra. Después la abandonan y se
trasladan aún más lejos con sus casas.
Viajando así por el territorio de Ersilia encuentras las
ruinas de las ciudades abandonadas, sin los muros que no duran,
sin los huesos de los muertos que el viento hace rodar: telarañas de
relaciones intrincadas que buscan una forma”.
Italo Calvino
Pero yo tengo
la absoluta seguridad
de no saber
nada.
Y la obcecada intención
de desentrañar
este cuerpo
al que intento
amar desesperadamente.
Y me considero,
torpe, rusa, primitiva,
cuando me
desespero y grito
que no
recuerdo mi nombre.
Aunque no
entiendas
que tengo la
absoluta seguridad
de no saber
nada.
Aunque tus
ojos obcecados
intenten desentrañar
esta vida
a la que
intento amar desesperadamente.
Y no me
consideres torpe
cuando el
dolor me hunde,
y tengo la
absoluta seguridad
de no entender
nada.
Entonces
jugamos.
Abrir las ventanas tiene un ritual;
Levantarme. Masticar la madera.
Desprender los iconos de las rejas.
Agradecer la ternura del viento.
Reconocerme. Olvidar la ventana.
Despedirme de ti tiene un ritual;
Abrir los brazos.
Observarme la ausencia de cerca.
Aceptar miedo.
Comprender el coraje de los pájaros.
Cantar mientras te alejas.
Ilustración; Delphine Labedan
No basta abrir una ventana
No basta abrir la ventana
para ver los campos y el río.
No es suficiente no estar ciego
para ver los árboles y las flores
Tambien es necesario no tener ninguna filosofía.
Con filosofía no hay árboles:sólo hay ideas.
Hay sólo cada uno de nosotros, como una cueva
Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo allá afuera
y un sueño de lo que se podría ver si la ventana se abriese,
que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana.
Alberto Caeiro (Heterónimo de Fernando Pessoa)
Yo no soy inocente. ¿Lo es usted?
La realidad está aquí,
desplegada. Lo real acontece
en lo abierto. Infinito. Incomparable.
Pero el ansia de repetirnos
instaura las verdades.
Toda verdad repite lo inefable,
toda idea desmiente lo-que-ocurre.
Pero las construimos
por miedo a contemplar la enorme trama
de aquello que acontece en cada instante:
todo lo que acontece se desborda
y no estamos seguros del refugio.
Bien pensado, es posible que Platón
no sea responsable de la historia:
delegamos con gusto, por miedo o por pereza,
lo que más nos importa.
Chantal Millard, Matar a Platón, 2004-
First Aid Kit Dancing Barefoot
¿Qué quieres de mí?-Dijo ella.
Ondulante grité yo: Lujuria.
¿Qué quieres tú de mí?-Pregunté.
Lenguaje. -Dijo ella. Lenguaje.
Patti Smith
Elegir entre lo perdurable o lo perecedero.
Te busco entre la multitud
pero nadie conserva sus ojos fijos en la desconocida.
Me siento frente a ella
quiero escuchar otra vez la historia del buey y del pájaro.
Ella cierra los ojos y recuerda el vértigo
el pájaro encerrado en la jaula, su aliento cálido
la locura de los dos animales.
Te busco entre la multitud
pero nadie conserva sus ojos fijos en la desconocida.
Me siento frente a ella
quiero escuchar otra vez la historia del buey y del pájaro.
Ella cierra los ojos y recuerda el vértigo
el pájaro encerrado en la jaula, su aliento cálido
la locura de los dos animales.
No hemos sido capaces de entender casi nada.
Ni siquiera la muerte.Pero estamos aquí -dice-
Intentando conservar esta sensación de abismo, el vértigo.
Como quiero escuchar la historia del buey y del pájaro, asiento.
Pero yo aún no estoy convencida de lo perdurable.
Ni siquiera del abismo o del vértigo.
En marzo 2012, yo sólo viene a ver el jardín
Límites
Nos exponíamos
al sol por completo
y era nuestra experiencia
la que nos permitía regular,
desde donde calentaba el fuego
hasta donde nos ardía,
qué cantidad de aguaceros
descendían o arrasaban,
cuánto albergaba un vendaval
si movía mi mano
o me arrancaba de cuajo.
Nos conocíamos
en la experiencia de vivir
y eramos capaces de sentir
mojadas las manos durante años,
y aceptar cuando se secaban.
Pero paraguas-ungüentos
historias de vientos
que nunca habíamos sentido.
Y dejamos de discernir
dónde el vendaval,
cuándo los árboles
que protegen del sol.
El no tocar por si tocar demasiado.
El valor de juicio.
Por encima o
por debajo.
El no pasar
por dentro.
Encuéntrame
contigo,
pero no me esperes
donde no me espera nadie.
No conozco
las Antípodas.
Ni tengo el lenguaje congruente.
Siento la
vida, pero no la conozco.
Siento miedo,
pero quiero enredarme en mis raíces.
Radicales
hemos venido a amarnos más allá de esta fugaz falacia.
Estoy cansada
de la pulcritud de este
control de olor y saliva.
Quiero vivir
entre fluidos. Revolcarme. Entre lo ancestral y mi muerte.
Porque estoy
creciendo- ¿Sabes?-y sé que moriré de nuevo.
Pero aún no
me he quitado la primera piel
Tengo miedo a estar desnuda
antes de tiempo
.
Los perros románticos
En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.
- Roberto Bolaño.
De la niñez no recuerdo apenas nada. Recuerdo una cocina y a una mujer(ahora sé que es mi madre) contando la historia de un caballo que volaba. Así es como por primera vez sobrevolé el cielo. Ahora sé que las personas que sobrevuelan el cielo, crean su identidad a base de vértigo. Ahora sé qué casi todas las palabras que nos rodean, nos dicen quienes somos, o quienes llegaremos a ser. Ahora...!Qué remedio! analizo una a una las palabras, que me han dicen quién soy y porqué.
Cuando los pájaros tomen su sitio
Sé que algún día tendré que ordenar mi sueño-
Sé que algún día tendré que ordenar mi sueño-
Como pies de hormigas que dibujan
verdades, que de seguras no se atreven
a salirse de estas branquias de cielo y
espesura.
y podré hablar de amor, ya amando
y jugar a enternecerme, ya jugando
desconocerme hasta ser una niña
y llegar al caos
de no querer llegar a ninguna parte-
Es sencillo y horrible
que yo misma no pueda escucharme.
Que la sangre me duela
y no permita sentirme vida
que me busque en el centro
que tengo entre los dedos
-húmedo y caliente-
que tengo entre los dedos
-húmedo y caliente-
Algo cubre algo nacesario.
Serán las vidas que no he vivido
que atemporales me piden
explicaciones sin gramática
explicaciones sin gramática
como si yo pudiera ser más que un canal
de algo que no fuese agua-
de algo que no fuese agua-
Me descifro muy lentamente.
Derecho al delirio
Como canta el pájaro, sin saber que canta.
Como juega la niña sin saber que juega.
Eduardo Galeano
Eduardo Galeano
Si celebro esta noche por algo, es porque este
año nos hemos encontrado un poco más a nosotras mismas, porque hemos
vuelto a redescubrir nuestro valor, porque hemos amado, reído, y hablado
hasta que no se sabe del tiempo, ni de fantasmas. Porque
nos estamos construyendo...no sé qué, no sé dónde. Porque de entre
todas mis dudas, vuestra existencia me hace sentir un poco más en casa.
Porque me enseñáis amor, y puedo asegurar que casi no sabía.
Judit I, 1901 (Gustav Klimnt)
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