Amor Libre






Quién te quiere, te hará llorar...
Yo no  pienso de esa manera.
!Quien me quiere, me quiere libre!.









Los pájaros anidan en mis brazos, 
en mis hombros, detrás de mis rodillas,
entre los senos tengo codornices,
los pájaros se creen que soy un árbol.
Una fuente se creen que soy los cisnes,
bajan y beben todos cuando hablo.
Las ovejas me pisan cuando pasan
y comen en mis dedos los gorriones,
se creen que soy tierra las hormigas
y los hombres se creen que no soy nada.


Gloria Fuertes

Las ciudades invisibles


 

“ En Ersilia, para establecer las relaciones que rigen la vida
de la ciudad, los habitantes tienden hilos entre los ángulos de las
casas, blancos o negros o grises o blanquinegros, según indiquen
las relaciones de parentesco, intercambio, autoridad,
representación. Cuando los hilos son tantos que ya no se puede
pasar entre medio, los habitantes se marchan: las casas se
desmontan, quedan sólo los hilos y los soportes de los hilos.
Desde la cuesta de un monte, acampados con sus trastos, los
prófugos de Ersilia miran la maraña de los hilos tendidos y los
palos que se levantan en la llanura. Y aquello es todavía la ciudad
de Ersilia, ellos no son nada.
Vuelven a edificar Ersilia en otra parte. Tejen con los hilos
una figura similar que quisieran más complicada y al mismo
tiempo más regular que la otra. Después la abandonan y se
trasladan aún más lejos con sus casas.
Viajando así por el territorio de Ersilia encuentras las
ruinas de las ciudades abandonadas, sin los muros que no duran,
sin los huesos de los muertos que el viento hace rodar: telarañas de
relaciones intrincadas que buscan una forma”.
 


Italo Calvino





Pero yo tengo la absoluta seguridad
de no saber nada. 
Y la obcecada intención
de desentrañar este cuerpo
al que intento amar desesperadamente.

Y me considero, torpe, rusa, primitiva,
cuando me desespero y grito
que no recuerdo mi nombre.

Aunque no entiendas
que tengo la absoluta seguridad
de no saber nada.
Aunque tus ojos obcecados
intenten desentrañar esta vida
a la que intento amar desesperadamente.

Y no me consideres torpe
cuando el dolor me hunde,
y tengo la absoluta seguridad
de no entender nada.
Entonces jugamos.







Abrir las ventanas tiene un ritual;
Levantarme. Masticar la madera.
Desprender los iconos de las rejas.
Agradecer la ternura del viento. 
Reconocerme. Olvidar la ventana.

Despedirme de ti tiene un ritual;
Abrir los brazos.
Observarme la ausencia de cerca.
Aceptar miedo.
Comprender el coraje de los pájaros.
Cantar mientras te alejas.














 Ilustración; Delphine Labedan

No basta abrir una ventana









No basta abrir la ventana
para ver los campos y el río.
No es suficiente no estar ciego
para ver los árboles y las flores
Tambien es necesario no tener ninguna filosofía.
Con filosofía no hay árboles:sólo hay ideas.
Hay sólo cada uno de nosotros, como una cueva
Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo allá afuera
y un sueño de lo que se podría ver si la ventana se abriese,
que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana.

Alberto Caeiro (Heterónimo de Fernando Pessoa)
Yo no soy inocente. ¿Lo es usted?
La realidad está aquí,
desplegada. Lo real acontece
en lo abierto. Infinito. Incomparable.
Pero el ansia de repetirnos
instaura las verdades.
Toda verdad repite lo inefable,
toda idea desmiente lo-que-ocurre.
Pero las construimos
por miedo a contemplar la enorme trama
de aquello que acontece en cada instante:
todo lo que acontece se desborda
y no estamos seguros del refugio.

Bien pensado, es posible que Platón
no sea responsable de la historia:
delegamos con gusto, por miedo o por pereza,
lo que más nos importa.



Chantal Millard, Matar a Platón, 2004-

First Aid Kit Dancing Barefoot








 ¿Qué quieres de mí?-Dijo ella.
Ondulante grité yo: Lujuria.
¿Qué quieres tú de mí?-Pregunté.
Lenguaje. -Dijo ella. Lenguaje.


Patti Smith












 

Todos tienen la necesidad 
de verse y oírse claramente,
sin oídos ni ojos que les permanezcan.
Yo soy la máxima necesitante de cálido vientre.
Disfrazo de cálido vientre 

a quién fue cálido vientre en otra vida.
Invento -ha nacido-
la máscara que ha de acompañarme.













Elegir entre lo perdurable o lo perecedero.
Te busco entre la multitud
pero nadie conserva sus ojos fijos en la desconocida.
Me siento frente a ella
quiero escuchar otra vez la historia del buey y del pájaro.

Ella cierra los ojos y recuerda el vértigo
el pájaro encerrado en la jaula, su aliento cálido
la  locura de los dos animales.

No hemos sido capaces de entender casi nada.
Ni siquiera la muerte.Pero estamos aquí -dice-
Intentando conservar esta sensación de abismo, el vértigo.

Como quiero escuchar la historia del buey y del pájaro, asiento.
Pero yo aún no estoy convencida de lo perdurable.
Ni siquiera del abismo o del vértigo.






En marzo 2012, yo sólo viene a ver el jardín

Límites

      

Nos exponíamos
al sol por completo
y era nuestra experiencia
la que nos permitía regular,
desde donde calentaba el fuego 
hasta donde nos ardía,
qué cantidad de aguaceros
descendían o arrasaban,
cuánto albergaba un vendaval
si movía mi mano
o me arrancaba de cuajo. 

Nos conocíamos 
en la experiencia de vivir
y eramos capaces de sentir
mojadas las manos durante años,
y aceptar cuando se secaban. 

Pero paraguas-ungüentos
historias de vientos
que nunca habíamos sentido.
Y dejamos de discernir
dónde el vendaval, 
cuándo los árboles
que protegen del sol.





    


El no tocar por si tocar demasiado.
El valor de juicio. 
Por encima o por debajo. 
El no pasar por dentro. 
Encuéntrame contigo, 
pero no me esperes 
donde no me espera nadie. 

No conozco las Antípodas. 
Ni tengo el lenguaje congruente. 
Siento la vida, pero no la conozco. 
Siento miedo, pero quiero enredarme en mis raíces. 
Radicales hemos venido a amarnos más allá de esta fugaz falacia. 
Estoy cansada de la pulcritud de este control de olor y saliva. 
Quiero vivir entre fluidos. Revolcarme. Entre lo ancestral y mi muerte. 
Porque estoy creciendo- ¿Sabes?-y  sé que moriré de nuevo. 
Pero aún no me he quitado la primera piel 
Tengo miedo a estar desnuda antes de tiempo
.

Los perros románticos

 En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.

- Roberto Bolaño.







Tráedme pájaros vivos 
y flores muertas.
Quiero adornar mi cabeza 
con los frutos del desconcierto.





















No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
desflorar
con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.




Leopoldo M. Panero





De la niñez no recuerdo apenas nada. Recuerdo una cocina y a una mujer(ahora sé que es mi madre) contando la historia de un caballo que volaba. Así es como por primera vez sobrevolé el cielo. Ahora sé que las personas que sobrevuelan el cielo, crean su identidad a base de vértigo. Ahora sé qué casi todas las palabras que nos rodean, nos dicen quienes somos, o quienes llegaremos a ser. Ahora...!Qué remedio! analizo una a una las palabras, que me han dicen quién soy y porqué.










Asistir al milagro de tu crecimiento, 
dónde sea, con quién sea...












Cuando los pájaros tomen su sitio 


Sé que algún día tendré que ordenar mi sueño-
Como pies de hormigas que dibujan
verdades, que de seguras no se atreven
a salirse de estas branquias de cielo y espesura.
y podré hablar de amor, ya amando
y jugar a enternecerme, ya jugando
desconocerme hasta ser una niña
y llegar al caos
de no querer llegar a ninguna parte-


Es sencillo y horrible
que yo misma no pueda escucharme.
Que la sangre me duela
y no permita sentirme vida
que me busque en el centro 
que tengo entre los dedos
-húmedo y caliente-
Algo cubre algo nacesario.
Serán las vidas que no he vivido
que atemporales me piden 
explicaciones sin gramática
como si yo pudiera ser más que un canal 
de algo que no fuese agua-


 Me descifro muy lentamente.




Derecho al delirio








Como canta el pájaro, sin saber que canta. 
Como juega la niña sin saber que juega.


Eduardo Galeano










 Si celebro esta noche por algo, es porque este año nos hemos encontrado un poco más a nosotras mismas, porque hemos vuelto a redescubrir nuestro valor, porque hemos amado, reído, y hablado hasta que no se sabe del tiempo, ni de fantasmas. Porque nos estamos construyendo...no sé qué, no sé dónde.  Porque de entre todas mis dudas, vuestra existencia me hace sentir un poco más en casa. Porque me enseñáis amor, y puedo asegurar que casi no sabía. 


Judit I, 1901 (Gustav Klimnt)